La emblemática tienda Ripley en Barros Arana 839 cierra sus puertas, dejando un vacío en pleno corazón de Concepción. Para la Cámara de Comercio, la causa de este cierre está clara: el comercio ilegal, la delincuencia y la falta de seguridad han hecho del centro un lugar menos atractivo para los clientes, afectando drásticamente las ventas y provocando el cierre de tiendas físicas.
Sara Cepeda, presidenta de la Cámara de Comercio de Concepción, apuntó directamente a la ineficacia del municipio y la policía en controlar esta problemática y urgió al nuevo alcalde, Héctor Muñoz, a «recuperar las calles» de la ciudad. La dirigente fue clara en sus demandas: erradicar el comercio ilegal y ordenar a los ambulantes con permisos, priorizando la seguridad antes de pensar en inversiones o infraestructuras.
Cepeda lamentó profundamente el cierre de esta histórica tienda, y expresó su preocupación por el destino del edificio y el futuro de los trabajadores. “Esperamos que los empleados puedan ser reubicados y no despedidos”, declaró, y agregó que el comercio ilegal y la inseguridad cercana a Ripley, como peleas y riñas en sus alrededores, también fueron factores que impactaron sus ventas.
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